Han ido pasando las semanas como que no quiere la cosa y precisamente ha llegado la última de las "aburridas". El miércoles espero que sea el último día que utilizo el bañador como instrumento para entrenar, han sido 8 semanas en las que la natación y bicicleta tenían el protagonismo de los entrenamientos pero a partir de la que viene, mis queridas zapatillas se tienen que ir desperezando ya que les toca trabajar.
Por fin he logrado asentar una rutina y los horarios para entrenar son fijos lo que mi cuerpo lo ha agradecido al estar preparado para el esfuerzo en un determinado momento del día. En cuanto al terreno de juego, la sierra de Herreros ha sustituido a mi querida Candamia (no te olvidaré y espero que pronto volvamos...) y la carretera a Castrocontrigo desde la Bañeza mis carriles bici. Lo negativo es que me he tenido que adaptar a circuitos nuevos que a veces tan difícil nos resulta a los corredores y lo positivo es que esos circuitos son más propicios para dar el salto definitivo a las carreras por montaña. Puedo acumular desniveles mucho más fuertes que en la Candamia y tengo subidas más largas y tendidas para correr, muy necesarias para las mejoras necesarias que habrá que incluir de cara estar fuertes en la Copa.
Por otro lado, este domingo voy a disputar la Dragoman, una carrera que me conquistó el año pasado y que sale de la localidad de Villafranca del Bierzo. No es muy larga, creo que no llega a los 9km, pero 6 de esos kilómetros son en continua subida y aunque no sean técnicos ya que es todo asfalto, se pueden hacer muy duros. Así que os animo a disfrutar de esta experiencia.
Nos vemos en las montañas.
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