Por fin. Por fin puedo decir que estoy de
descanso, que mi temporada se ha acabado y que es hora de regenerar nuevas
ilusiones y pensar en el futuro. Han sido 13 meses de temporada, la más larga
de mi vida deportiva y personal y en la que he tenido que enfrentarme a todo
tipo de dificultades como lesiones, desilusiones, problemas personales… pero
gracias a la ayuda incondicional de una persona que es algo más que un
entrenador, algo más que un amigo, no solo he superado los problemas sino que
he crecido mucho y me he hecho más fuerte, ¿Cómo atleta? Puede ser, no lo se…
pero como persona os aseguro que si. Nunca podré pagar a Paco Arcilla lo que ha
hecho y está haciendo por mí. El apoyo de Iván Losa y su mujer, Raquel. Una
pareja que me ha apoyado sin ni siquiera esperar nada a cambio. Juan Ramón, el
maestro, caminando juntos desde que sólo era un niño. Y María… jamás sabe uno
las vueltas que da la vida. Piensas que las cosas en la vida tienen que seguir
un guion lógico pero de repente aparece una personita en tu vida que te
desmonta todo y te abre los ojos, te hace ver lo que vales y te obliga sin
querer a luchar más por tus sueños.
En
cuanto mi última carrera, decir en primer lugar que estoy muy sorprendido tanto
por el resultado como por lo vivido en la que todo el mundo considera la meca
del ultra trail, el UTMB. Semanas antes de la carrera, no tenía ganas de
correr, estaba muy cansado más a nivel mental que físico pero cansado. La
bajada brutal en el volumen y la intensidad de los entrenamientos me hacía
pensar que quizás no llegara en condiciones cuanto menos de hacer un puesto 20º
que era la idea que me rondaba por la cabeza en una prueba con el nivel de los
participantes que iban a tomar la salida. Pero si he aprendido algo en mis años
de experiencia es que las carreras son la guinda del pastel, la cima de la
montaña… que llego arriba pues me he comido la guinda, que no llego arriba pues
me he comido el pastel. Repasando los objetivos de planteados para la
temporada, aparecía uno que ponía en letras grandes “DISFRUTAR”. Asique sin
pensarlo me dediqué en todo momento a buscar sensaciones, emociones buenas y lo
estaba consiguiendo. Pasaban los kilómetros y lo estaba consiguiendo, no
importaba si iba el 15º o pasaba primero por la Thuile, solo estaba disfrutando.
Sé que mucha gente pensaba en que quizás salí rápido, que iba a reventar y no
llegar… la verdad que no me importaba mucho, viví cada zancada y la disfruté
cada instante como si fueran los últimos, y quizás esa fue la clave de lograr
un buen resultado, sólo eso un buen resultado. No nos engañemos, somos
competidores por naturaleza, ¿no luchamos por sacar la mejor nota en una prueba
de acceso a la universidad o por ser mejor en unas oposiciones? La clave es
como alcanzar nuestro objetivo y para mí el pilar de la constancia y el trabajo
bien hecho se sustenta en DISFRUTAR, si no disfrutamos estamos perdidos.
Empieza
otra temporada, pero el objetivo no cambiará, DISFRUTAR. Vendrán otros
resultados, otras carreras, otros retos pero siempre alimentados por hacer las
cosas disfrutando. Eso sí sin olvidarse del trabajo y la constancia que durante
estos años me han llevado a lograr retos espectaculares y emocionantes. Asique
amigos, punto y seguido a la temporada 2011-2012, ¡arranca la 2012-2013!
Nos
vemos en las montañas.