Cuando era niño y veía las montañas lejos muy lejos, había una que destacaba desde mi ciudad, León. Siempre pensé que si se veía desde la ciudad no podía estar muy lejos como para llegar en un día y conseguir su cima. Estoy hablando del Polvoreda, aunque yo siempre lo conocí como "Correcillas".
En esta aventura me acompaño una de esas personas a las que les tienes mucho que agradecer por enseñarte cosas que en la escuela o en la mejor de las universidades jamás te podrán mostrar. Juan Ramón ha sido el que me ha enseñado a andar por la montaña. Con apenas 14 años me llevó a conocer los Picos de Europa y he ido creciendo como montañero a su lado. Es curioso pero la primera vez que ascendí esta emblemática montaña leonesa coincidí con el en la cima, yo iba con mi padre y el con su hijo. ¿Casualidad?. Sin más os dejo un resumen de la actividad.
7:50. Salgo de casa (al lado de la iglesia de las Ventas) en dirección Villaobispo pasando por la universidad. -1º y cielo despejado.
Al fondo nuestro objetivo.
Recojo a Ramón y manos a la obra despacito.
Cogemos el carril bici que nos lleva a Villanueva del Arbol para después ir a Canaleja donde está el primer repecho de la jornada y que nos conducirá a la pista que va a la Vecilla.
Tras algo más de 4h nos plantamos en Campohermoso. El ritmo a sido muy constante y cómodo sabiendo que lo que venía a partir de aquí era lo más duro de la jornada. Salimos de Campohermoso en dirección a Peñagalicia y tras una dura rampa inicial nos encontramos con la primera dificultad del día, un escobal que nos entorpece el ritmo y nos llega a desesperar. Tras un flanqueo dirección Aviados y un pequeño resalte rocoso nos topamos con nuestra primera cima.
Tras cruzar un pequeño valle, comenzamos ascendiendo por las faldas de nuestro primer objetivo hasta llegar a una brecha en la que es imprescindible echar las manos a la roca.
La dificultad de este obstáculo no supera un II grado en escalada y al ir encajonado en la brecha no nos da sensación de "patio" pero hay que tener cuidado y fijarse en todo momento donde colocamos nuestros pies y manos. Una vez superada esta brecha, ya visualizamos en todo su esplendor nuestro gran objetivo.
Decidimos desviarnos hacia nuestra derecha para alcanzar el punto más alto de Peña Galicia y tras un flanqueo por una ladera bastante asequible llegamos a sus dos cumbres.
Comimos unas barritas, las fotos de rigor y rápidamente comenzamos el descenso hacia el valle que atravesamos y nos conduce a la pista que baja a Correcillas.
Una vez en Correcillas, reponemos agua y nos dirigimos poco a poco a las faldas de nuestra última dificultad. Después de atravesar un río por su cauce y un repecho muy explosivo, estamos de lleno en la montaña. Subimos por una arista técnica y con pasos de cierta dificultad (II y III) y esta vez si, con patio.
Antes de llegar a la cima nos topamos con dos neveros que tenemos que flanquear y por suerte y la hora del día que es, están en buen estado.
Y por fín, tras 8h y poco más de 47km nos plantamos en la cima del Polvoreda.
Hoy ya solo nos quedaba el descenso pero antes había que sacar una bonita foto del ahora privatizado Valle del Marqués y es que ahora, en pleno siglo XXI hasta la montaña tiene fronteras. Yo estoy intentando mirar a ver si en mi banco me dan una hipoteca para comprar Torre Santa.
Después de 9h y 20', llegamos a Villalfeide donde mi abuelo y mi abuela nos estaban esperando, sin ellos muchas de mis aventuras serian imposibles.
Pues otro reto, aventura o desafío conseguido. Han sido muchas las emociones vividas el día de hoy y espero que no sean las últimas. El trail o que narices, correr por la montaña es una actividad única en la que consigues conectar contigo mismo y reflexionar, y en esas reflexiones he llegado a la conclusión que nuestro único objetivo en la vida tiene que ser disfrutar, ya sea sufriendo en un duro entrenamiento o en el día a día cotidiano (aguantando al jefe o limpiando culos a los hijos) o bien en un bonito descenso de una montaña o simplemente tomando una caña en una terraza de un bar. Os recomiendo que solo penseis en disfrutar, aparcar rencores, mal humor, tensiones inecesarias... todo esto nos conduce a nuestra propia destrucción y os digo por experiencia que no nos lleva a ningún sitio. Animo a todo el mundo a perseguir sus sueños, para unos será formar una familia, para otros pescar un salmón de 20kg, para otros tomar cañas todos los domingos, pero insisto en que no nos olvidemos que lo que nos hace felices es el camino que recorremos hasta llegar a cumplir nuestro sueño, el objetivo final solo es la guinda del pastel... el día a día es lo que cuenta señores. Paciencia y disfrute, es la clave.
Disfrutando...
Me quedo con la frase "... lo que nos hace felices es el camino que recorremos hasta llegar a cumplir nuestro sueño, el objetivo final solo es la guinda del pastel ..." , creo que es muy acertada y no la deberíamos olvidar nunca.
ResponderEliminarSigue disfrutando Pablo.
Un saludo.
Muchas gracias FranChu, me hace mucha ilusión que haya gente que entienda mi forma de ver el deporte y la vida en general, un saludo y ya sabes... a disfrutar!
EliminarOyes Pablo, que no me contentastes la última ves, ¿tenes novia?
ResponderEliminarEs que yo ya me cansé de mi santi ¿?sabés?.
Estais como burras pardas, vaya paliza...Ramonín, yo ya me apunté a la Travesera, y me parece que allí no te voy a ver ni la matrícula, a Pablo por descontado que tampoco.
ResponderEliminarNos vemos.
Preciosa entrada y buen detalle. Llevo tiempo con ganas de realizar esta ruta.
ResponderEliminarTienes razón, hay que dejar aún lado malos rollos y poner en práctica nuestros sueños, para inspirarnos día a día. Que grande eres, con buenas piernas y muy buena cabeza, no tienes desperdicio.
Eres todo un campeón.
Un saludo.
pese a todo...pese a que te suponga algo que no entiendes y te causa mucho dolor, siempre estaré a tu lado. Siempre...
ResponderEliminarmucha suerte, de verdad...
Pablo, deja de reventar a mi padre... Que ya no está para estos trotes... jaja
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