viernes, 10 de agosto de 2012

Nuestro patrimonio, nuestro legado.


Tras mi ultima incursión en el mundo de la competición, ha llegado la hora de las carreras de mi tierra, de la montañas que me han visto crecer y que han dado de comer a mis antepasados. Hablo de las carreras de Fontañan y Polvoreda (para mi Correcillas, lo siento al que le moleste). Solo podré participar en la primera ya que en la segunda, mis pasos me llevaran a descubrir los senderos alpinos de la alta Savoia.
                Fontañan no es una gran montaña, apenas supera los 1500m pero sus pastos han dado de comer a mi familia y la genética heredada de mi abuelo fue fraguada en sus faldas. Es uno de mis lugares favoritos para entrenar, sobre todo cuando tocan esas intensas jornadas en las que tienes que darlo todo en 2h. El año pasado, un buen amigo, Roberto, decidió adentrarse en el mundo de la montaña y organizar una gran carrera. A pesar de ser un corredor de pista, su esencia es montañera, como buen gordonés y diseño un trazado exigente y técnico, acorde a las posibilidades que la montaña ofrece. Esta ha sido la primera carrera que he ganado, la primera en la que roto la cinta de meta y en la que entendí que soy montañero y que mis pasos tenían que encaminarse a las carreras por montaña. 17km para disfrutar de este mágico entorno de la rivera del Bernesga. Cortafuegos, bosques, zonas técnicas con fuertes pendientes y piedras serán nuestros compañeros en la mayor parte del circuito.
                El Polvoreda… esta montaña despertó mi espíritu aventurero. Desde el Alto la Nevera, donde estaba situada mi antigua casa, la veía todos los días y siempre despertó mi curiosidad. Su forma tan característica no pasaba desapercibida en mi mente y soñaba con llegar a su punto más alto partiendo desde mi casa…cosa que conseguí hace pocos meses en compañía de uno de mis mejores amigos, Juan Ramón. La subida por cualquiera de sus caras es espectacular, bonita y en algunos casos área, pero el gran Javi (el impulsor de esta carrera) escogió la subida desde Villalfeide para realizar una carrera única y espectacular… más de 800m de desnivel nos separan de la cima una vez que se da la salida. Muy técnica, tanto la subida como la bajada, donde los pura sangre en las bajadas (no puedo de dejar de pensar en Chamar) marcarán la diferencia.
                Todo leones no puede dejar de correr estas dos pruebas si quieren comprender la importancia de nuestro patrimonio natural, que es el valor más importante que tenemos los leoneses y lo tenemos descuidado. Por otra parte la importancia que se les da a los más peques en estas dos pruebas es de valorar, ellos son el futuro y los que tienen que sostener y sacar a delante nuestro legado. Roberto y Javi, os animo a seguir luchando y yo pienso apoyaros en todo, tenemos que luchar por nuestra tierra y por dejar una herencia digna a los que vienen detrás.

                Nos vemos en las montañas.

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